Tijuana, B. C., a 16 de abril de 2017.- El 91% de la población mexicana muestra hoy algún grado de preocupación por el medio ambiente, un notable aumento en comparación con el año 2011, cuando solo 53% mostraba inquietud por este tema, por lo que las compras verdes ya son una tendencia que debe ser impulsada seriamente por cada gobierno.
Así lo recalcó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), luego de que la empresa Kantar TNS presentó los resultados del “Green Study”, una investigación basada en los hábitos y actitudes del consumidor mexicano ante productos amigables con el medio ambiente.
Comentó que los resultados del estudio de Kantar TNS, una empresa con más de 40 años siguiendo las preferencias del consumidor mexicano, se presentaron en marzo durante el Ecofest, realizado en la Ciudad de México, en donde otro hallazgo fue que la mitad de quienes no hacen compras verdes, sí desea hacerlas.
“El estudio revela un mercado de gran potencial, pues la mitad de la población no hace compras verdes, pero sí desea hacerlas; incluso hay algunos productos aún más arriba de ese promedio, tales como los paneles solares, con intención de compra de 63 por ciento y los carros eléctricos o híbridos, con 65 por ciento”, dijo.
El 77 por ciento de los mexicanos, agregó José Carmelo Zavala Álvarez, considera que las empresas hacen poco por el cuidado del medio ambiente, pero para un asombroso 98 por ciento es realmente importante que las empresas cuenten con políticas de protección ambiental como parte de su filosofía.
“Para el mexicano, cumplidas sus expectativas de calidad y precio al adquirir un producto o servicio, el cuidado del ambiente es un diferenciador, porque el impacto ambiental es el tercer atributo más importante al comprar; desde hace unos años, por ejemplo, el rendimiento de combustible en los carros es un argumento de venta, asociado a la economía y al impacto en la calidad del aire”, explicó.
Por todo esto, destacó Zavala Álvarez, un serio y aplicado Programa de Compras Verdes en el Ayuntamiento de Tijuana y en el gobierno estatal, con un componente de productos y servicios locales, sin duda impactaría positivamente la calidad de vida y detonaría más prácticas de este tipo en el ámbito privado.
“A veces aprendemos con lecciones del exterior: meses antes de que Mario Molina recibiera el Premio Nobel de Química en 1995, el gobierno de la Ciudad de México descalificó su opinión sobre la calidad de aire; años después, en la inauguración del Centro Mario Molina, el presidente Felipe Calderón ordenó compras verdes, impulsando el mercado de papel reciclado en su gobierno”, recordó.
Si de aprender del exterior se trata, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente reconoce a los gobiernos como grandes consumidores, con capacidad de inducir el desarrollo de mercados, promoviendo una producción y un consumo sustentables, por lo que deben aplicar un sistema de compras verdes.
“Con compras verdes, los gobiernos pueden reducir los impactos negativos en el medio ambiente; apoyar a compañías que proveen bienes y servicios amigables al medio ambiente y ahorrar recursos que se invierten en sanear la contaminación por no prevenirla, creando mercados verdes, donde los consumidores reconozcan a los fabricantes con iniciativas en favor del medio ambiente”, opinó.
Recordó que desde 2005, el Programa de Administración Sustentable (PAS) de la Semarnat promovía compras verdes, pues sugería evitar empaques y embalajes excesivos, prefiriendo a granel; evitar materiales que dañen la capa de ozono, como aerosoles; preferir insumos reciclados, biodegradables y reutilizables.
“Algunas recomendaciones del PAS para el ahorro de agua son promover el uso eficiente y racional con carteles o mensajes; evitar el riego en horas de alta incidencia solar y mantener en óptimas condiciones las instalaciones para minimizar fugas; yo agregaría no emplear para riego agua de primer uso”, precisó.
En cuanto a la energía, agregó, el PAS sugiere sustituir lámparas convencionales por ahorradoras; separar circuitos e instalar apagadores individuales; optimizar el sistema de aire acondicionado, aislando ductos; instalar sistemas inteligentes de iluminación, con sensores y programadores; así como usar energía solar y eólica.
Respecto al papel, finalizó Zavala Álvarez, el PAS recuerda que hacer 1 tonelada de papel nuevo requiere de 17 árboles, 250 mil litros de agua y 7 mil 800 kilowatts de energía eléctrica, por lo que sugiere adquirir las cantidades mínimas óptimas, fotocopiar e imprimir por ambos lados y fomentar el uso de medios electrónicos.