Tijuana, B.C. a 19 de enero.- El hecho de lograr, después de meses de gestiones y de múltiples peticiones que el albergue conocido como El Alacrán tenga agua por tubería resulta una noticia que se opaca por la impresionante cantidad de deficiencias que las integrantes del Comité Estratégico de Ayuda Humanitaria atestiguan todos los días mientras realizan su trabajo. A casi cuatro meses de creada, esta agrupación reconoce una situación que cada día es más complicada, y que solo se podrá atender con voluntades coordinadas. Al respecto Adriana Reyna, comenta: claro que hay avances, pero son lentos… sostuvimos una reunión con la Dirección de Atención al Migrante Municipal y los representantes de los albergues en donde se trataron varios puntos, pero el tema principal fue la falta de recursos económicos para el pago de los servicios de agua, luz y gas. Algunos representantes de albergues mencionaron - incluso- la posibilidad de cerrar ante la falta de apoyo institucional no sólo para el pago de servicios sino también para el abastecimiento de alimentos Por un lado se avanza en el dialogo y por el otro somos testigos de cómo avanza la desesperación de quienes están al frente de los albergues y no se diga de los migrantes”.
De la reunión se obtuvieron compromisos importantes, afirma Reyna, como por ejemplo que la Dirección se comprometió a gestionar que se condone el pago o se subsidien los servicios a los albergues mientras dura la contingencia migratoria. Por otro lado se habló también de posibles casos de corrupción que los mismos migrantes han denunciado y se propuso la necesidad del acompañamiento por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en los procedimientos.
Hablar de estos temas era urgente, y algo que acordamos es que el desabasto de alimentos es uno de los temas más sensibles.” Pero también nos preocupa que por ejemplo de un total de 34 albergues - 5 sean centros de rehabilitación contra las adicciones o para tratamientos de personas con VIH, 12 son albergues tradicionales enfocados atención al migrante y 17 son organizaciones religiosas convertidas en albergues temporales; es decir- la mayoría son espacios que por su naturaleza no cuentan con las herramientas necesarias; pero además algunos como los centros de rehabilitación son espacios que no deberían de convertirse en albergues, eso es definitivo, señala Soraya Vázquez
Al contexto tan complicado ahora se suma, la incertidumbre respecto al futuro inmediato con la toma de posesión de Donald Trump que también ha generado estrés colectivo en los albergues. Las condiciones han cambiado y para las personas que han llegado en los últimos día, les están dando su cita hasta mayo lo que se traduce en una espera de 3 meses , explica Soraya Vázquez: “ no observamos que el gobierno federal este pensando o trabajando una estrategia para atender la situación. Es evidente que se requiere de un programa integral que brinde también asistencia legal, médica y psicológica además implementar un permiso de trabajo temporal que permita a los migrantes ser autogestivos y aliviar la crisis de desabasto”. Además el Comité tienen conocimiento de que se han incrementado los casos de migrantes haitianos y africanos que deciden regularizar su situación en México y ni siquiera existe aquí una oficina de la Comisión Nacional de Atención a Refugiados que facilite el proceso”.
Ante la situación consideramos que las autoridades locales y estatales deben crear un frente común y solicitar directamente al gobierno federal la implementación de una estrategia de ayuda humanitaria con recursos suficientes y capacidad instalada. Se requiere que el gobierno reconozca la urgencia, pero que además se documenten, se informen y repliquen en base a experiencias similares en otros países. Es una situación muy complicada pero sabemos que con un protocolo por parte del gobierno podemos avanzar de forma más eficiente, concluyen las voceras del Comité.
Tijuana, B.C. a 19 de enero.- El hecho de lograr, después de meses de gestiones y de múltiples peticiones que el albergue conocido como El Alacrán tenga agua por tubería resulta una noticia que se opaca por la impresionante cantidad de deficiencias que las integrantes del Comité Estratégico de Ayuda Humanitaria atestiguan todos los días mientras realizan su trabajo. A casi cuatro meses de creada, esta agrupación reconoce una situación que cada día es más complicada, y que solo se podrá atender con voluntades coordinadas. Al respecto Adriana Reyna, comenta: claro que hay avances, pero son lentos… sostuvimos una reunión con la Dirección de Atención al Migrante Municipal y los representantes de los albergues en donde se trataron varios puntos, pero el tema principal fue la falta de recursos económicos para el pago de los servicios de agua, luz y gas. Algunos representantes de albergues mencionaron - incluso- la posibilidad de cerrar ante la falta de apoyo institucional no sólo para el pago de servicios sino también para el abastecimiento de alimentos Por un lado se avanza en el dialogo y por el otro somos testigos de cómo avanza la desesperación de quienes están al frente de los albergues y no se diga de los migrantes”.
De la reunión se obtuvieron compromisos importantes, afirma Reyna, como por ejemplo que la Dirección se comprometió a gestionar que se condone el pago o se subsidien los servicios a los albergues mientras dura la contingencia migratoria. Por otro lado se habló también de posibles casos de corrupción que los mismos migrantes han denunciado y se propuso la necesidad del acompañamiento por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en los procedimientos.
Hablar de estos temas era urgente, y algo que acordamos es que el desabasto de alimentos es uno de los temas más sensibles.” Pero también nos preocupa que por ejemplo de un total de 34 albergues - 5 sean centros de rehabilitación contra las adicciones o para tratamientos de personas con VIH, 12 son albergues tradicionales enfocados atención al migrante y 17 son organizaciones religiosas convertidas en albergues temporales; es decir- la mayoría son espacios que por su naturaleza no cuentan con las herramientas necesarias; pero además algunos como los centros de rehabilitación son espacios que no deberían de convertirse en albergues, eso es definitivo, señala Soraya Vázquez
Al contexto tan complicado ahora se suma, la incertidumbre respecto al futuro inmediato con la toma de posesión de Donald Trump que también ha generado estrés colectivo en los albergues. Las condiciones han cambiado y para las personas que han llegado en los últimos día, les están dando su cita hasta mayo lo que se traduce en una espera de 3 meses , explica Soraya Vázquez: “ no observamos que el gobierno federal este pensando o trabajando una estrategia para atender la situación. Es evidente que se requiere de un programa integral que brinde también asistencia legal, médica y psicológica además implementar un permiso de trabajo temporal que permita a los migrantes ser autogestivos y aliviar la crisis de desabasto”. Además el Comité tienen conocimiento de que se han incrementado los casos de migrantes haitianos y africanos que deciden regularizar su situación en México y ni siquiera existe aquí una oficina de la Comisión Nacional de Atención a Refugiados que facilite el proceso”.
Ante la situación consideramos que las autoridades locales y estatales deben crear un frente común y solicitar directamente al gobierno federal la implementación de una estrategia de ayuda humanitaria con recursos suficientes y capacidad instalada. Se requiere que el gobierno reconozca la urgencia, pero que además se documenten, se informen y repliquen en base a experiencias similares en otros países. Es una situación muy complicada pero sabemos que con un protocolo por parte del gobierno podemos avanzar de forma más eficiente, concluyen las voceras del Comité.