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    El Indeseable
    28/08/2020

    Francisco Arzave <arzavepaco@gmail.com>

    jue., 27 ago. 8:04 (hace 22 horas)
     
     

    El indeseable
    Francisco Arzave
    Definitivamente queda claro que Arturo González Cruz, actual alcalde de Tijuana no es el hombre de la franquicia (Morena-Bonilla) para la gubernatura del estado que se disputará en las urnas el próximo año.
    Los ataques del gobernador Jaime Bonilla hacia González Cruz, reflejan que el alcalde tijuanense es visto por el mandatario como un potencial adversario para los candidatos de su preferencia y buscará terminar con el obstáculo.
    Las formas son conocidas: campaña de desprestigio, ataques desde el gobierno del estado y medios de comunicación afines o propiedad del mandatario estatal con un ingrediente más: la inclusión en el pleito de la secretaría de Gobernación que encabeza la Magistrada en retiro Olga Sánchez Cordero, amiga o por lo menos simpatizante de Jaime Bonilla, como lo demostró al declarar "en privado" después de asistir a la toma de posesión de Bonilla en Mexicali que la gubernatura de cinco años pretendida por Bonilla era viable. "Para mi la norma va a pervivir", dijo.
    Indignado por las acusaciones en su contra, González Cruz denunció públicamente la amenaza del subsecretario de Gobernación Ricardo Peralta, quien lo llamó para decirle que hay una investigación en su contra por la desaparición de un cargamento de droga decomisado que habría sido vendido por el titular de Seguridad Ciudadana de Tijuana para financiar la campaña del actual alcalde tijuanense. "Ni estoy en campaña ni hubo tal decomiso, es falso", afirmó.
    Al acudir con la secretaria Sánchez Cordero esta simple y sencillamente le reiteró la posición del presidente que que todo debe investigarse.
    Pero González Cruz fue más allá y en un mensaje en sus redes sociales responsabilizó de los ataques al gobierno del estado contra él y el municipio de Tijuana porque, dijo, "buscan desestabilizarnos", para cerrar el asunto remató diciendo que no renunciará a sus derechos políticos.
    Bonilla y su secretario de Salud Alonso Pérez Rico lo tacharon de inestable y bipolar.
    Si bien es cierto que a raíz de la pandemia, el trabajo y las apariciones públicas de González Cruz se han reforzado a tal punto que, quién lea entrelíneas observará proselitismo puro.
    Formalmente el presidente municipal está cumpliendo con su obligación aunque aparezca siempre sonriendo y en primer plano como hacen los políticos en campaña. González lo niega.
    Precisamente uno de los que vio el avance del tijuanense fue Bonilla, político también, quien se adelantó a zanjar su camino reprochando su abandono de las tareas que tiene como alcalde y hacer campaña en municipios vecinos.
    Desde luego a González Cruz estos ataques le favorecen y trata de sacarles provecho al más puro estilo del actual presidente Andrés Manuel López Obrador: se hace la víctima, exige disculpas, llama al diálogo y no deja de aparecer en los medios, al fin y al cabo los ataques de Bonilla son nota nacional, escenario donde el mandatario estatal no ha salido bien librado de sus anteriores apariciones, como su pretensión de permanecer cinco años en el poder estatal.
    Salvo que González Cruz pacte con Bonilla y fumen la pipa de la paz o que el alcalde encuentre poderosos aliados políticos dentro o fuera de Morena que lo sostengan, el destino político del alcalde tijuanense está en el aire. Hasta la próxima.

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