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    Riesgos de accidente cerebro-vascular
    27/08/2020

    Los principales factores de riesgo para desarrollar un accidente cerebrovascular son la hipertensión arterial, diabetes, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, tabaquismo, obesidad y sedentarismo, advirtió el doctor Arturo Rentería Lara, Coordinador de Planeación y Enlace Institucional en la representación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California.

    Explicó que, el EVC es una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro, que puede ser en forma de infarto o por una hemorragia dentro del sistema nervioso central (derrame cerebral).

    El médico especialista en Medicina Interna detalló que, los primeros síntomas de un EVC pueden ser confundidos con molestias pasajeras, lo que se conoce como stroke (ataque) a apoplejía y advirtió que es una enfermedad que pone en riesgo la vida.

    Rentería Lara agregó que, el padecimiento puede tener origen isquémico, es decir, deficiente riego sanguíneo, lo cual ocurre cuando un vaso sanguíneo que irriga sangre al cerebro resulta bloqueado por un coagulo local (trombo) o generado a distancia (émbolo) desde otro sitio del cuerpo, presentándose un infarto cerebral.

    Precisó que, la EVC es una enfermedad que se presenta de manera común en los hombres, es más frecuente después de los 65 años, debido a que los vasos sanguíneos se van engrosando y endureciendo sus paredes donde se depositan restos de colesterol y triglicéridos.

    También con el tiempo, agregó, el colesterol y la hipertensión van dañando progresivamente los vasos sanguíneos hasta llegar a una oclusión (se cierra), lo que se traduce en que no haya flujo de la sangre dentro del cerebro y, por lo tanto, falta de oxigenación, produciendo un infarto cerebral.

    El especialista mencionó que los síntomas a los que hay que estar atentos y solicitar atención médica inmediata son, por ejemplo, problemas en el habla, desviación de la cara, trastornos de lenguaje; dificultad para comprender o expresar ideas; debilidad en la mitad del cuerpo, un brazo o una pierna; y pérdida súbita de la conciencia, entre otros.

    Después de un EVC isquémico agudo, una intervención oportuna (en pocas horas después de ocurrir el evento) y mediante la disolución del coagulo es posible que el paciente pueda recuperar la movilidad o dejar menores secuelas, ya que por lo regular las consecuencias de un EVC son la perdida completa y permanente de la movilidad de la mitad del cuerpo.

    Concluyó que, mantener una presión arterial controlada, niveles de colesterol en cifras normales, una buena dieta, ejercicio regular y apego a los tratamientos médicos es la mejor forma de prevenir un EVC.


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