Tijuana, B. C., a 21 de agosto de 2020.- El Día del Sobregiro de la Tierra 2020 será este 22 de agosto, fecha en que la humanidad habrá agotado el presupuesto de recursos naturales que correspondían para todo el año, por ello se impulsa una Ley de Economía Circular que ayude a reducir la huella ambiental del estado.

Así lo expresó, en entrevista con el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable de Baja California, afirmando que es vital reaccionar para que los recursos naturales que se extraen no se usen una sola vez, sino muchas.

Recordó que el Día del Sobregiro de la Tierra 2020 llega tres semanas más tarde que en el 2019, cuando fue el 29 de julio, la fecha más temprana en la historia de la humanidad, según cálculos de la organización internacional Global Footprint Network (Red Global de la Huella Ecológica), que realiza mediciones cada año.

“Este 2020, en vez de seguir disminuyendo, crecimos tres semanas; estos cinco meses de pandemia ayudaron a que no se acabaran los recursos, pero el sobregiro del planeta es el 22 de agosto, significa que el mundo agotó los recursos naturales de este año y estamos en deuda a partir de mañana”, explicó.

Zavala Álvarez añadió que la fecha del 22 de agosto se establece con base en un promedio global, pero ese cálculo también se hace por países, por lo que en México el Día de Sobregiro fue el pasado lunes 17 de agosto y, por ejemplo, en Qatar fue en febrero y en Estados Unidos a mediados de marzo.

Afirmó que agosto es poco más de la mitad del año, por lo que esta fecha debe tomarse como una señal importante de la ineficiencia con que se están usando los recursos naturales, porque la Tierra no alcanza a renovar sus recursos para cubrir el consumo actual de la humanidad y cada vez será más complicado.

Esta fecha de sobregiro, remarcó el subsecretario, es una llamada de atención, es como si nuestro presupuesto, el recurso que generamos para vivir, nos durara hasta la mitad del mes y el resto tuviéramos que vivir de prestado; si hacemos lo mismo, cada vez será peor, así que debemos reaccionar y tomar acciones.

“En Baja California nos ponemos en acción y estamos impulsando una Ley de Economía Circular, con esta ley lo que estamos tratando de hacer es instrumentar que los recursos naturales que ya sacamos de la naturaleza, no los usemos una vez y los tiremos, sino que los usemos muchas veces”, destacó.

Se busca, agregó, desacoplar dos cosas: el crecimiento económico y la extracción de recursos naturales, para así reducir esta brecha de sobregiro y avanzar en la regeneración del ecosistema, del hábitat donde vivimos, porque la economía y la sociedad dependen de la biodiversidad, la pandemia lo deja cada vez más claro.

“Lo que estamos proponiendo con este proyecto de ley es que el material que se extrae de la naturaleza se use en un producto que, primeramente, se diseñe para ser duradero, de modo que se pueda reparar, pueda ser reconstruido, pueda remanufacturarse y al final podamos separar sus partes para recuperarlas”, dijo.

Se trata, complementó, de ciclos tecnológicos que podemos cerrar para que la economía se vuelva circular y no sea lineal, como el modelo de desarrollo que tenemos hoy y que hemos visto que no funciona, en el que se extraen recursos naturales, se crea un producto que se usa y pronto se vuelve basura.

“Tenemos que combatir cosas como la obsolescencia programada, tenemos que diseñar los productos pensando en el postconsumo, no solamente en el primer uso, sino que se puedan separar sus partes o recuperalas para manufacturar otros productos”, enfatizó el maestro en bioingeniería.

José Carmelo Zavala aclaró que la Ley de Economía Circular no es una ley de residuos, ni una ley ambiental, sino una ley de gestión de recursos orientada a lograr un uso más eficiente de los recursos naturales de los que depende no solo la humanidad, sino todos los ecosistemas y especies.  

El titular de la SDS, una de las subsecretarías de la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST), precisó que antes del reciclaje, conviene que los productos se reutilicen muchas veces y, hasta después de esas etapas, los materiales se desensamblen para ser reciclados y crear nuevos productos.

“Las botellas de plástico son primero para alimentos o agua y deberían reutilizarse como botella varias veces hasta que pierdan su calidad y, entonces, ese plástico emplearlo en productos de uso distinto o más rudo, porque darle tanto tratamiento y limpieza puede ser más costoso que derivarlo a otros productos”, ejemplificó.