La arritmia es un trastorno de la frecuencia cardíaca (pulso) o del ritmo cardíaco. El corazón puede latir demasiado rápido (taquicardia) o lento (bradicardia) o de manera irregular. Puede no causar daño, ser una señal de otros problemas cardíacos o un peligro para la salud.

El doctor Arturo Álvarez Tostado, director del Hospital General Regional (HGR) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, explicó que la frecuencia cardiaca es variable, los valores normales se encuentran entre 50 y 100 latidos, y puede ser normal hallar cifras por debajo o por encima de éstos en función de las características del individuo o la situación en la que se encuentra.

Existen, dijo, algunas arritmias que causan pocos o ningún síntoma diagnóstico y tienen un efecto mínimo en la eficacia del bombeo del corazón especialmente cuando duran poco tiempo. 

Advirtió que muchos adultos sanos sufrirán arritmias cortas de vez en cuando; sin embargo, las arritmias que duran minutos o incluso horas pueden tener consecuencias serias, ya que reducen la cantidad de sangre que el corazón bombea al cuerpo.

Los principales síntomas de una arritmia son: palpitaciones, ya que en condiciones normales el latido del corazón no es percibido; es por esto que sentir que el corazón late, es lo que se conoce con el nombre de palpitaciones. 

Otro síntoma es el síncope, que es una pérdida de conciencia relativamente brusca, en la cual la persona se recupera espontáneamente en un periodo corto de tiempo.

Por último, está el paro cardíaco, situación de pérdida de conciencia grave en donde la persona no se recupera de forma espontánea. Lo que diferencia este cuadro del síncope es que en esta situación debe realizarse maniobras de reanimación cardíaca o de lo contrario el paciente podría no recuperarse, lo que lo llevaría a la muerte en pocos minutos.

En cuanto a los diagnósticos para saber si existe una arritmia, Álvarez Tostado, indicó que se realizan a partir de la interpretación de los datos obtenidos tras varias pruebas, entre los que se encuentran el historial clínico del paciente, exploración física y, el que se toma como el diagnóstico definitivo: el electrocardiograma (ECG). 

Es por esto que se aconseja que cuando el paciente tenga síntomas sugestivos de una arritmia, acuda lo más pronto posible a que se le realice esta prueba.

Señaló que si la enfermedad no está muy avanzada, puede tratarse con medicación. En los casos más severos, se recurre a un abordaje quirúrgico para reparar la válvula afectada y recupere su funcionamiento normal, o bien reemplazarla con una artificial.

Otra opción de tratamiento son los marcapasos; aparato que emite unos pulsos de corriente de forma regular y que se conecta al corazón mediante un catéter. Cada vez que se emite uno de estos impulsos, el corazón se activa y se contrae. 

Actualmente, los marcapasos son de tamaño muy reducido, se colocan debajo de la piel, habitualmente a nivel de la clavícula, y se conectan al corazón a través de un electrodo. La implantación de marcapasos es relativamente sencilla y se realiza con anestesia local.