Ensenada, Baja California, México, 24 de noviembre de 2019. Investigadores
y estudiantes de posgrado del CICESE, UABC y de la Unidad
Multidisciplinaria de Docencia e Investigación (UMDI) de la UNAM ubicada
en Yucatán, asistieron al VII Taller de Ecofisiología de Organismos
Acuáticos para compartir resultados sobre los factores ambientales que
impactan el metabolismo, crecimiento y reproducción de especies de alta
importancia ecológica y pesquera.
Ante los cambios bruscos de temperatura del océano y demás cuerpos de
agua, para los investigadores es una prioridad mejorar y estandarizar sus
metodologías, que tienen la finalidad de conocer los factores que hacen
vulnerables a las especies, entre ellos la termotolerancia.
Así, es posible observar quiénes ganan o quiénes pierden el reto térmico
según las herramientas que desarrollan para resistirlo. A lo largo de la
historia evolutiva, la presión selectiva que ha ejercido la temperatura ha
provocado la aparición de mecanismos de ajuste fisiológico y de
comportamiento en las especies, proceso conocido como plasticidad
fenotípica.
En este taller participaron investigadores dedicados a la ecofisiología a
distintas escalas, desde las grandes migraciones en ambos golfos de
México, hasta quienes estudian los cambios térmicos a partir de la
genómica y la biología molecular.
“Vamos bajando (la escala) para entender cada vez mejor qué está pasando,
qué les permite sobrevivir y permanecer. Hemos observado en otros talleres
en los que se miden también acidificación, hipoxia y cambios salinos, que
los organismos mejor adaptados a una amplitud fisiológica mayor, serán los
que puedan permanecer”, mencionó la Dra. Denisse Re Araujo, investigadora
del Departamento de Biotecnología Marina del CICESE y una de las
organizadoras de este evento académico.
Entre las especies discutidas en este taller se encuentran el caballito de
mar (Hippocampus erectus), abulones azul, amarillo, rojo e híbridos, pulpo
maya, camarón, pez pargo, moluscos, corales, crustáceos y la totoaba.
Muchos de ellos no solo de gran importancia biológica, también económica
y, por lo tanto, social.
El problema que provoca el cambio climático es la forma abrupta en la que
genera cambios térmicos. De un ambiente caliente que dura una semana,
cambia bruscamente a un evento frío, con un máximo de diferencia de hasta
10 grados, en ocasiones. Entonces los animales no tienen los recursos para
adaptarse a un medio que cambia constantemente.
“En el laboratorio decides cambiar la temperatura a la óptima y modificar
las salinidades, el pH y el oxígeno. Pero realmente conocer lo que ocurre
en el medio, es complejo. Nosotros vamos descomponiendo estos elementos
para entender cómo a partir de estos factores las especies pueden
funcionar, crecer y reproducirse en condiciones que están en constante
variación”, mencionó la Dra. Re Araujo.
Aunque se hace mucha ciencia básica en estas líneas de investigación,
tienen una componente muy aplicada una vez que se entiende lo que pasa en
el medio y cómo se van modificando las temperaturas, ya que esto implica
que el organismo pueda vivir en esas condiciones o no. “Implica si afecta
la reproducción y la distribución; la presencia en algún punto puede
afectar tanto al animal como a quien se beneficia de ese recurso”,
mencionó la Dra Re Araujo. “Las poblaciones de estas especies se desplazan
para buscar una temperatura y condiciones óptimas, y en esos casos, tal
vez los pescadores no tengan permiso o presencia para pescar ahí. Este es
un fenómeno que pasa con el pulpo, por ejemplo, y otras especies que viven
siguiendo estas rutas térmicas”.
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Norma Herrera
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