Playas: la tolerancia a prueba

Francisco Arzave

“No son bien recibidos aquí, que derechos humanos les consiga asilo o los apoye en otra parte”. Estas palabras,  pronunciadas por una indignada vecina, revelaron el sentir de un sector de Playas de Tijuana, ante la llegada de un grupo de migrantes centroamericanos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual (LGBT) a la sección El Dorado de ese fraccionamiento.

La llegada de este contingente en varios autos, oficiales, según dijeron los vecinos, provocó la incomodidad de los residentes, al ver que arribaron a una casa rentada por los abogados de la caravana, mientras diseñan su estrategia para presentarse ante las autoridades estadounidenses a solicitar asilo humanitario.

Este incidente, el primero que se da entre residentes de Tijuana con un grupo de migrantes, pone a prueba la tolerancia y la solidaridad mostrada por la población hacia los migrantes que diariamente llegan a esta frontera mirando al norte.

Tras asegurar que no tienen nada contra ellos, los residentes dejaron claro que en esa zona tienen cero tolerancia contra la delincuencia, a pesar de que los migrantes les reiteraron que no vienen a molestar ni a provocar problemas.

Cierto que las noticias de actos vandálicos cometidos por algunos integrantes de la caravana que viene de Centroamérica con rumbo a Estados Unidos, han calado en el ánimo de algunos sectores mexicanos, por otra parte los discursos y acciones  de Donald Trump de militarizar la frontera han contribuido a cambiar la imagen de los migrantes y esto desde luego rebota en Tijuana.

Playas de Tijuana, una zona de clase media-alta, no había tenido contacto de este tipo con migrantes y su reacción no se hizo esperar. “están mal ubicados, que el gobierno les habilite al auditorio pero aquí no”, dijo uno de los vecinos.

Tijuana, una ciudad conformada mayormente por migrantes, siempre ha mostrado una actitud solidaria con quienes llegan a esta frontera, ya sea buscando cruzar a la Unión americana o  mejores oportunidades de vida.

El caso emblemático del trato a quienes llegan se dio con la comunidad haitiana, que igualmente arribó buscando asilo en el país vecino y terminó integrándose a la actividad productiva de la ciudad, ante el beneplácito de la mayoría de los tijuanenses.

Sin embargo la caravana representa un nuevo reto para los tijuanenses. Preocupada por que las expresiones xenófobas y mal intencionadas en la redes sociales contribuyan a exaltar  los ánimos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHBC), hizo un llamado a erradicar las actitudes de rechazo, discriminación o xenofobia al afirmar que los migrantes tienen más desventajas que el resto y en especial los grupos doblemente vulnerables como los de la comunidad LGBT, indígenas, menores de edad y adultos mayores.

Ojala que las pasiones no se desborden para no tener que lamentar.

Por lo pronto la presencia de los centroamericanos es visible en Playas y en las inmediaciones de El Chaparral mientras se resuelve su situación.