Javier Bátiz: Profeta en su Tierra
Hay días que marcan la vida de los hombres y los hacen reflexionar sobre lo hecho a través del tiempo. Uno de esos días lo vivió ayer Javier Bátiz porque en pocas horas una calle de su barrio lleva su nombre, contrajo matrimonio con su compañera de años, anunció la fabricación masiva de guitarras “La Tijuanera” y vio de cerca los frutos de la dedicación y la paciencia, al mostrar cómo los jóvenes alumnos de su escuela de música se están convirtiendo en músicos solidos bajo su dirección y tutela.
Acompañado por el presidente municipal, Jorge Astiazarán, familiares y amigos, Bátiz develó la placa de nomenclatura en la que quedó plasmado para siempre el nombre del artista en la rampa Altamira en la zona centro de Tijuana.
Sin duda fue una tarde de sorpresas, inmediatamente después de la develación el músico invitó a la concurrencia a ser testigos de su enlace matrimonial con su compañera por más de 20 años Claudia Madrid, en la explanada de la Casa de la Cultura, los sorprendidos asistentes presenciaron en enlace civil presidido por el alcalde tijuanense.
“He vivido grandes acontecimientos pero en pocos días me han pasado tantas cosas juntas por mi culpa”, dijo el emocionado Javier Bátiz.
Siempre en compañía de sus amigos y compañeros de mil batallas, Javier Bátiz alternó con el tenor Marco Antonio Labastida una original versión de “O Sole Mío”, su hermana Baby Bátiz, se repuso a una afectación de la garganta para tocar sus éxitos y recordar anécdotas de la juventud, Jorge Conde nos mostró como se canta el Blues.
Ante unas doscientas personas, un orgulloso Bátiz presentó a los miembros de su banda integrada en su gran mayoría por jóvenes que parecen no rebasar los 20 años de edad. Su guitarrista de acompañamiento mostró sus habilidades con el requinto, una chica del coro sorprendió a la concurrencia con su maravillosa voz de blusera consumada.
Carlos Martínez, su joven baterista ya ha pisado escenarios importantes junto a su maestro y en total la banda suena de maravilla.
Por si fuera poco Javier Bátiz presentó un proyecto de fabricación de guitarras “La Tijuanera” junto a otro joven laudero con quien arrancará la producción en serie de los instrumentos.
La tarde fue cayendo la música fluyendo hasta que Javier y Claudia decidieron Cortar el pastel de bodas que compartieron con los invitados.
Desde niño Javier Issac Medina Núñez, siempre quiso ser un músico famoso, se transformó en Javier Batiz, aprendió a tocar la guitarra y revolucionó el rock que se hacía en México en la década de los sesenta.
Profeta en su tierra, un reconocimiento que no todos alcanzan, Javier Bátiz goza del reconocimiento de los roqueros nacionales y extranjeros, tiene el amor de su familia y disfruta del cariño de la gente, su gente tijuanense.