Ensenada, Baja California, México, 23 de febrero de 2018. Anualmente ocho millones de toneladas de plástico terminan en mares y océanos, incorporándose a las cinco islas de basura identificadas en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico. Por los impactos adversos en la salud, la ecología y la economía que generan las sustancias tóxicas del plástico, éste se considera una amenaza global.
En la conferencia “Plásticos en los océanos, una amenaza global”, el Dr. Alfonso Vázquez Botello, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, compartió con personal del CICESE e invitados, datos relevantes de los desechos plásticos que llegan al mar, debido en gran parte por una mala gestión de los residuos a nivel mundial.
Con información de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas (de cuyos comités el Dr. Vázquez forma parte), el investigador explicó que la producción mundial de plásticos creció 3% en 2012 por lo que se producen actualmente 200 millones de toneladas, siendo China, la Unión Europea y Estados Unidos los principales países productores. Latinoamérica produce 5% del plástico mundial, el problema es que importa mucho más a través de productos de uso cotidiano.
“Como no sabemos qué hacer con los plásticos, hacemos una mala gestión y ocho millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos cada año. Su fragmentación produce partículas muy pequeñas (microplásticos), que son ingeridas por los animales marinos y les provocan problemas fisiológicos graves”, explicó el investigador.
El vaivén de las corrientes oceánicas no permite que esas manchas de basura se muevan, pero sí desplazan los desechos desde las costas, atrayendo cada vez más basura a estas grandes acumulaciones. Se estima que existen entre 5 y 50 billones de fragmentos plásticos en los océanos, los cuales van acumulándose en estas cinco islas de desechos localizadas en: dos en el Pacífico Norte, cerca de Alaska; una en el Pacífico Sur, entre Perú y Chile; dos en el Atlántico, al norte y al sur; y una más en el océano Índico. La isla de basura más grande está en el Pacífico Norte y su extensión se calcula de un tamaño similar al de Australia, con un grosor de 10 metros.
Según cálculos, más de 200 kilos de basura va a los océanos cada segundo. Algunos plásticos tardan hasta 500 años en degradarse y contienen sustancias tóxicas como el Bisfenol A. Esta sustancia es altamente estable, desde el punto de vista químico, por lo que difícilmente se degrada en el ambiente. Además, produce efectos nocivos para los organismos marinos y la humanidad porque altera los sistemas nerviosos y reproductivos, alterando significativamente a la cadena trófica.
El Bisfenol A se utiliza en las industrias automotriz y aeronáutica, para el alumbrado público, sistemas eléctricos y de telecomunicaciones, en equipos fotográficos y para la fabricación de prótesis y resinas dentales.
Cada segundo más de 200 kilos de basura van a los océanos
Ensenada, Baja California, México, 23 de febrero de 2018. Anualmente ocho millones de toneladas de plástico terminan en mares y océanos, incorporándose a las cinco islas de basura identificadas en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico. Por los impactos adversos en la salud, la ecología y la economía que generan las sustancias tóxicas del plástico, éste se considera una amenaza global.
En la conferencia “Plásticos en los océanos, una amenaza global”, el Dr. Alfonso Vázquez Botello, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, compartió con personal del CICESE e invitados, datos relevantes de los desechos plásticos que llegan al mar, debido en gran parte por una mala gestión de los residuos a nivel mundial.
Con información de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas (de cuyos comités el Dr. Vázquez forma parte), el investigador explicó que la producción mundial de plásticos creció 3% en 2012 por lo que se producen actualmente 200 millones de toneladas, siendo China, la Unión Europea y Estados Unidos los principales países productores. Latinoamérica produce 5% del plástico mundial, el problema es que importa mucho más a través de productos de uso cotidiano.
“Como no sabemos qué hacer con los plásticos, hacemos una mala gestión y ocho millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos cada año. Su fragmentación produce partículas muy pequeñas (microplásticos), que son ingeridas por los animales marinos y les provocan problemas fisiológicos graves”, explicó el investigador.
El vaivén de las corrientes oceánicas no permite que esas manchas de basura se muevan, pero sí desplazan los desechos desde las costas, atrayendo cada vez más basura a estas grandes acumulaciones. Se estima que existen entre 5 y 50 billones de fragmentos plásticos en los océanos, los cuales van acumulándose en estas cinco islas de desechos localizadas en: dos en el Pacífico Norte, cerca de Alaska; una en el Pacífico Sur, entre Perú y Chile; dos en el Atlántico, al norte y al sur; y una más en el océano Índico. La isla de basura más grande está en el Pacífico Norte y su extensión se calcula de un tamaño similar al de Australia, con un grosor de 10 metros.
Según cálculos, más de 200 kilos de basura va a los océanos cada segundo. Algunos plásticos tardan hasta 500 años en degradarse y contienen sustancias tóxicas como el Bisfenol A. Esta sustancia es altamente estable, desde el punto de vista químico, por lo que difícilmente se degrada en el ambiente. Además, produce efectos nocivos para los organismos marinos y la humanidad porque altera los sistemas nerviosos y reproductivos, alterando significativamente a la cadena trófica.
El Bisfenol A se utiliza en las industrias automotriz y aeronáutica, para el alumbrado público, sistemas eléctricos y de telecomunicaciones, en equipos fotográficos y para la fabricación de prótesis y resinas dentales.